jueves, 26 de agosto de 2010

Love Letter -Cap.7

Capítulo 7 ~



Comenzó un nuevo día, esta vez un poco menos nublado que de costumbre, pero igualmente frío. Ashley observaba el techo desde su cama, pensativa, sin ganas de levantarse, no porque estuviese triste, sólo se sentía desganada. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que depositó su confianza en otras manos, distintas a las de aquellos a quienes llamaba “amigos”… y el resultado no fue nada agradable, llegando a dejar cicatrices internas imborrables para ella.

Estuvo jugueteando un rato con la idea de ir a la tienda de computadoras, con la excusa de hablar con Tom, solo para ver a Ángel de nuevo, aparentar sorpresa, exclamar algo como ‘¡Qué extraño, no lo noté ayer!’, reír y recordar, conversar un poco sobre sus vidas… las cosas típicas en un “reencuentro casual”. Pero de repente una ola de pensamientos, ilustrados en imágenes mentales y en una voz, ya conocida para ella, intervinieron para recordarle esas cicatrices, ya sanadas, pero sensibles si se les tocaba durante un tiempo… y ella estaba pasando ese límite. “No debes precipitarte, ¿Qué tal si no te recuerda? Abrirás las cicatrices que tanto nos costó cerrar, y sufrirás igual o peor que aquella vez” decía la voz dentro de ella, mientras a su alrededor, las imágenes empapelaban cuatro paredes imaginarias, encerrándola sin escapatoria.

Aún así, ya estaba acostumbrada a esos ‘episodios’, y aunque seguía sintiendo presión en su pecho, ya no lloraba incontrolablemente, ni se encerraba en sí misma: había aprendido que la mejor manera de bloquearlos era distrayéndose o haciendo exactamente lo que le pedían que no hiciera. Decidió distraerse con cualquier cosa, “porque ir a verlo implicaría a otra persona. Las personas son impredecibles a veces, y por lo general son inestables” se decía, a sabiendas de que la verdadera razón era la más sencilla y común del mundo: tenía miedo, miedo de que ‘la Voz’ tuviera razón.

Por otro lado, Ángel despertó con la imagen de sus días de primaria frente a sus ojos, y una canción suave y algo cursi, pero que lo hacía recordarla… a ella, a Ashley. Cruzó los brazos bajo su cabeza, y escuchando aún la melodía, suspiró, tomó impulso para levantarse y a su lado estaba la guitarra de la cual provenía esa canción siendo tocada por su propietario, el cual lo observaba con curiosidad.

–Estas pensando en ella, puedo olerlo –dijo Tom, acercándose un poco y olfateándolo. A Tom le gustaba decir que era un lobo.

–Ya basta –dijo Ángel, adormilado y entre risas –de todos modos, ¿qué si estoy pensando en ella? No me recuerda… además, acabo de despertar, dame un respiro –finalizó, al tiempo q se ponía de pie y caminaba al baño. Pasaron unos 10 minutos y Tom se extrañó un poco.

– ¿Todo en orden? ¿Estás vivo? –gritó desde la habitación, haciendo que Ángel saliera con calma.

Tom lo observó con una expresión de confusión total, a lo que, con una sonrisa nerviosa, Ángel contestó

–Hoy, no sé cómo, ni qué diré, pero voy a ir a verla.

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© Carlin Shadow ~ 2010
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jueves, 19 de agosto de 2010

Ficha de personaje: Ashley

Bien, he decidido colocar entre capítulos las fichas de personajes, donde se da una descripción  general de cada uno de ellos, los que conforman el mundo de Love Letter. Comenzaré con Ashley porque es mi favorito xD además, así podrán entender mejor sus actitudes que a veces son absurdamente contradictorias.

Bueno, aquí va:


Edad: 21 años (28/ene, Acuario)

Descripción general:

Ashley es una chica bastante misteriosa, pero normal dentro de los parámetros establecidos. Si bien es dulce, amable, paciente hasta cierto punto, alegre y tranquila, no lo demuestra hasta bien entrada en confianza. La razón es simple: no le gusta entregar su confianza a todo el mundo, es bastante crítica con el mundo que la rodea y con ella misma, y para obtener su confianza se requiere solo sinceridad y paciencia.

Puede parecer distante y fría, pero realmente es bastante tímida y prefiere no resaltar, aunque a veces se le hace inevitable, ya que posee una gran creatividad, la cual se desarrolla en dibujos, poemas o canciones (porque también tiene una excelente voz, aunque le de vergüenza admitirlo).

Las personas demasiado espontáneas y mal habladas la desesperan, y los cambios la estresan sobremanera, por lo que trata de mantener las cosas en orden casi obsesivo, pero solo en su vida, porque de vez en cuando, su pequeño apartamento tipo estudio es casi inhabitable por el desorden y cúmulo de objetos innecesarios.

Ashley es bastante torpe: se le olvidan las cosas, tropieza y se sobresalta cuando se da cuenta de que algo falta o cambia. Es muy fiel con sus amigos y no tolera las mentiras. Es muy independiente, no le gusta atarse a nada. Además, es algo “nerd” y la mayor parte del tiempo está estudiando, leyendo algo o usando su computador, al cual siempre intenta mejorar, de allí que conozca y sea amiga de Tom, el dueño de la tienda de computadoras.

Su pasado la atormenta un poco, por lo cual intenta no vincularse mucho, a un nivel suficiente como para compartirlo, con ninguna persona.

Su mejor amiga Katie constantemente le causa dolores de cabeza, pero es de mucha importancia en su vida, ya que le tiene una confianza casi total, la cual es mutua.


De acuerdo, eso es todo lo que tengo que decir de ella, cualquier duda, no duden en comentar y con gusto la resolveré (; , pero la idea es que cada lector construya la personalidad de los personajes a partir de su punto de vista..

Un saludo,
Carlin Shadow ~

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miércoles, 18 de agosto de 2010

Love Letter -Cap.6

Capítulo 6 ~


Esa noche no hubo suerte. La invitación para salir de fiesta nunca llegó. Ashley suspiró. Por fin se decidía a ir a una fiesta y justo ese fin de semana desistían de hacer una.

“Algo anda mal con el mundo” pensó ella. Miró el reloj, se dio cuenta que aún tenía tiempo de estudiar un poco, leer alguna tontería en internet, un libro de su estantería o simplemente acostarse. Se decidió por el libro de su estantería, lo tomó y sentándose en su cama comenzó a leerlo. Era interesante, se trataba el reencuentro entre una mujer que se había acostumbrado a vivir entre sus comodidades (“que si bien no eran muchas, al menos estaban aseguradas”, decía el personaje: una clara crítica al conformismo), y un hombre que fue su amigo en la infancia, el cual había recorrido el mundo y volvía a su ciudad natal por unos días

–De acuerdo, de todos los libros que hay aquí, ¿por qué demonios tuve que sacar precisamente este? –dijo en voz alta, bastante exasperada. Guardó el libro en la estantería con algo de cólera y se dejó caer en el colchón, tomó la almohada y la colocó en su cara, en un intento por “ahogar” las imágenes de su propio reencuentro.

Mientras, en casa de Tom, Ángel afinaba a Penélope, la hermosa guitarra acústica de su amigo, a la cual éste trataba como a una novia (“o incluso mejor que a una”, pensaba a veces), más que como a un objeto inanimado: le hablaba con cariño, la limpiaba con suavidad y delicadeza y sonreía cada vez que la tenía cerca, sin mencionar que la celaba: no todo el mundo estaba “capacitado” para tocarla, según él. Pero no era el caso con Ángel, él podía tocarla tantas veces como quisiera, simplemente porque Tom confiaba lo suficiente en él como para saber que su querida Penélope estaba a salvo en sus manos.

Comenzó a tocar y cantar una canción suave, a cuya letra nunca había prestado atención. De repente Tom rió.

– ¿Qué? –dijo Ángel, dejando de cantar.

–Nada, sólo que esa canción se parece bastante a ti, es decir, presta atención a la letra –contestó Tom –se trata de un reencuentro, ¡qué oportuno! ¿No, Ángel? –finalizó, con una sonrisa maliciosa.

Ángel se sonrojó.

–Ya déjalo… trato de no recordar…

– ¿Qué fuiste un completo tonto? Sí bueno… supongo que te gustaría olvidarlo –lo interrumpió Tom. A veces, podía ser muy sincero. Demasiado sincero

–Toquemos algo más divertido ¿bien? –replicó Ángel, algo tenso.

–Está bien, pero eso no borra el hecho de que fuiste un tonto –dijo alegremente Tom, tomando a Penélope.



Ángel suspiró, cerró los ojos y sonriéndole a su amigo dijo.



–De acuerdo.

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martes, 17 de agosto de 2010

Love Letter -Cap. 5

Capítulo 5 ~


Katie siguió observándola con una gran sonrisa. Ashley de verdad odiaba cuando la gente se inmiscuía en sus asuntos personales, pero con Katie cedía “porque era ella”. Era bastante contradictorio, pero no se atrevía a negarle algo, eran amigas, sentía que sería grosero de su parte no contarle sus cosas, después de todo, ella también le exigía a veces explicaciones que no necesariamente eran asunto suyo.

–Se llama Ángel, y es… un chico nuevo de la tienda –dijo intentando parecer natural –aunque yo ya lo conocía, de antes… éramos unos niños –agregó, bajando la cabeza.

–Espera, no… no puede ser –dijo Katie abriendo los ojos sorprendida, y con un tono chillón y emocionado agregó– ¿Ángel, Ángel? ¿El del colegio? ¿Ese Ángel, al que le decías ‘mi Ángel’? –finalizó casi gritando.

– ¡Sí, sí Katie, ya basta! ¡Deja de repetir su nombre! –dijo Ashley, cubriéndose la cara con las manos, totalmente avergonzada. Hacía muchos años de eso y no le hacía gracia recordar esa época de total ingenuidad, la hacía sentir débil y vulnerable.

– ¡Bueno, bueno! No tienes que ponerte así, no es como si no te hubiese reconocido –exclamó Katie, poniendo los ojos en blanco. Al notar el silencio delator de Ashley, agregó en tono preocupado – ¿O si? ¿No hablaron un poco de los viejos tiempos?

–Preferí dejarlo hacer su trabajo y recibir mi paquete civilizadamente sin escenas cursis de reencuentros “casuales” –contestó Ashley, adoptando un tono profesional, y enfatizando con la voz y un movimiento con los dedos la palabra ‘casuales’.

–Eres un caso perdido, Ashley. Yo en tu lugar no lo habría dejado marcharse sin antes conversar un poco, o al menos invitarlo a pasar y beber un poco de agua, ¡cielos el pobre debió sentirse terriblemente mal! ¡Mira que reencontrarse con su mejor amiga de la infancia y que ella no le ofrezca ni un vaso con agua, ni una corta plática! –suspiró Katie, y después de unos segundos, sonrió y dijo –Al menos sabes donde encontrarlo y él ya sabe donde vives. Como ya cada uno se acuerda del otro, pueden organizarse para salir… si es que tu ocupada agenda te lo permite –finalizó, guiñándole un ojo.

Ashley se sintió tan estúpida ante la afirmación de Katie que se quedó en silencio. Parecía obvio que luego de tanto tiempo, la reacción inmediata fuese decir con tono idiota ‘¿te acuerdas de mí?’ y luego una larga plática, pero la verdad, no estaba segura de que él se acordara de ella. En su pequeño encuentro, lo único que notó en él fue un enorme deseo por volver a su casa y algo de antipatía hacia Tom, que lo había hecho ir hasta allá desde la tienda, que no quedaba ciertamente a media cuadra. Él debía tener sus propios problemas y una vida muy diferente a la que llevaba años atrás, cuando se hablaban.

–No creo que mi agenda me lo permita realmente, estoy bastante ocupada –dijo por fin, manteniendo el tono profesional. No quería discutir con Katie y ya estaba bastante harta de recordar cosas.

Luego de charlar un rato sobre otras cosas triviales, Katie se despidió. Ashley simplemente apagó su computador y ordenó un poco para distraerse, pero no fue suficiente. Tomó sus lápices y comenzó a dibujar. Empezó a relajarse y se sintió satisfecha.

Al mismo tiempo en la tienda de computación, Ángel tenía una sensación parecida mientras ayudaba a Tom a cerrar el almacén. Ya no estaba distraído, pero sí bastante decepcionado de sí mismo. Hacer lo que Tom dijo (‘¿te acuerdas de mí? Yo me acuerdo de ti, seamos amigos de nuevo’) hubiese sido lo más lógico, y tal vez incluso hasta lo más caballeroso de su parte. Quería dejar de pensar en eso, así que le preguntó a Tom si podía ir a su casa a practicar un poco con la guitarra.

–Será divertido, además, hace tiempo que no lo hacemos –le dijo tratando de entusiasmarlo. Y lo logró.

–Sí, es cierto. Será interesante cambiar la rutina. De acuerdo, ¿te quedas a dormir? –dijo Tom, con gesto pensativo.

–Hecho. Pero tú haces el desayuno. Yo soy el invitado –contestó Ángel, bromeando con una sonrisa de satisfacción. Empezaba a sentirse mejor, solo esperaba que Tom no mencionara el tema o iba a quedar, aparte de como un tonto, como un inmaduro delante de él. Suspiró mientras pensaba algo que solía decir: ‘ser adolescente es complicado’, dándose cuenta que, o bien no había superado la adolescencia, o simplemente cualquier edad tenía sus complicaciones. Cerró la tienda y siguió a Tom hasta su casa, a unas pocas calles de allí, bromeando y olvidando el tema por un rato. Comenzaba a sentirse relajado y satisfecho.

Eran personas totalmente diferentes, pero pensaban y actuaban de una manera bastante similar.

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lunes, 16 de agosto de 2010

Love Letter -Cap. 4

Capítulo 4 ~


Así de distraído como estaba, pensando y recordando, el viaje de regreso se le hizo absurdamente corto. Al entrar a la tienda, tropezó con el pequeño escalón de la entrada, golpeándose con el mostrador el costado derecho, en consecuencia. Tom asomó la cabeza desde el almacén para ver qué había pasado, y se río estruendosamente, aprovechando que no había clientes. Aún así, algunas personas que pasaban cerca de la tienda se giraron, curiosas.

– Oye, ¡no destruyas lo poco que tenemos! ¿Qué te ocurrió? Trabajas aquí hace años, no puedo creer que olvidaras ese escalón –dijo entre risas, acercándosele.

–Lo siento, estoy algo distraído –se disculpó Ángel, sin mirarlo. Tom lo observó interesado.

– ¿Puede ser que… mi amiga fue demasiado para ti? –dijo estallando en una carcajada –Tampoco es tan linda, Ángel, por favor…

–No es eso… la verdad es que ya la conocía. De hace algún tiempo atrás…–replicó Ángel, un poco avergonzado mientras se frotaba el lugar lastimado.

–Vaya, entonces por eso tardaste. ¿Hablaron un poco de los viejos tiempos? –bromeó Tom, dándole algunos codazos en su costado herido. Ángel lo empujó.

– ¡Oye, me duele! La verdad me tardé porque no había nadie, casi no hablamos… de hecho ni siquiera creo que se acordara de mí –dijo, esbozando una torpe sonrisa.

–Pero qué, ¿no le dijiste quién eras? –se extrañó Tom, y haciendo una imitación infantiloide de Ángel agregó - ¿No se dijeron ‘oye, te acuerdas de mí, yo me acuerdo de ti, seamos amigos de nuevo’ o algo por el estilo?

–Pues… no –dijo Ángel en voz baja. Tom se cubrió la cara con una mano, haciendo un gesto negativo con la cabeza

–Ay, Ángel… eres mi amigo y todo, pero a veces… te pasas de lento –dijo al fin, y volvió al almacén.

Ángel se quedó observando el mostrador, pensando en lo que dijo Tom. Sabía que tenía razón, pero le parecía que hubiese sonado muy torpe de su parte un ‘¿te acuerdas de mí?’ justo después de escuchar su nombre

–Ashley... –dijo sonriendo, y entró al almacén para ayudar a Tom.

Mientras tanto, Ashley conversaba a través de internet con algunos compañeros del instituto y amigos. Había intentado dejar de lado el asunto de Ángel, pero por alguna razón no podía. Las cosas mejoraron cuando el intercomunicador sonó. Era una amiga muy cercana que había ido a visitarla, después de un tiempo de ausencia. Se enviaban muchos mensajes y correos electrónicos, por lo que estaban al corriente de lo que acontecía en la vida de cada una.

Después de unos minutos en los que hablaron de trivialidades, como el clima y el tráfico, le preguntó si había comprado la memoria que quería. Ashley le contestó que sí, y ella quiso saber más.

– ¡Qué bien! ¿fuiste a la tienda o tienen servicio a domicilio? Porque tú casi no tienes tiempo para nada, Ashley –dijo entre risas. Ella sonrió forzadamente.

–Pues… no Katie, no tienen servicio a domicilio, pero soy amiga del dueño de la tienda, así que me lo envió… con alguien –dijo, tratando de no dar señas que pudiesen parecer sospechosas.

–Vaya, ¡qué suerte que conozcas al dueño! ¿y a quién envió? –preguntó, visiblemente interesada. De vez en cuando, estaba segura de que Katie podía leerle el pensamiento. Esta era una de esas veces.

–Eh… a un chico. Debe ser un empleado nuevo… –dijo, y se rió torpe y acusadoramente.

–Y dime, ¿era un chico lindo? –dijo Katie sonriendo maliciosamente. Era definitivo: ella sabía que ocultaba algo.

–Pues… era un chico normal… la verdad es que… –comenzó Ashley, pero no pudo terminar la frase.

–Bien, suficiente tortura. Ahora dime, ¿quién es y cómo se llama? –dijo Katie con una sonrisa. Era su mejor amiga, le tocaba contarle la historia larga, ella sí no se conformaría con un simple “un chico nuevo que trabaja en la tienda de computadoras”.

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domingo, 15 de agosto de 2010

Love Letter -Cap. 3


Capítulo 3 ~



Ashley subió las escaleras hasta el cuarto piso, lentamente abrió la puerta de su pequeño apartamento tipo estudio, dejó el paquete en su mesita y se sentó en su cama, cubriéndose la cara con las manos. Había dudado cuando lo vio por primera vez, pero al observarlo detenidamente, y más aún, al escuchar su nombre, supo que estaba en lo cierto: conocía a ese chico, hacía mucho tiempo que no se hablaban, pero unos cuantos años antes habían sido mejores amigos, habían compartido horas y horas de juegos, habían reído y llorado juntos. Era él, a quien secretamente había llamado "mi Ángel".

Por supuesto, se había convencido a sí misma con el tiempo de que aquello no había sido más que una ilusión infantil, producto de los cuentos de hadas, películas y series animadas para niñas que veía en aquella época. Aún así, de vez en cuando recordaba con cariño esos días, y sentía una extraña presión dentro de su pecho. No recordaba por qué habían dejado de hablarse, porque no recordaba haber peleado con él, supuso que fue cuando cada uno, al crecer un poco más, definió sus gustos e intereses propios, dejando de lado a las personas que los rodeaban. Dejando de lado la niñez, llena de inocencia y felicidad, para dar paso a la complejidad de la adolescencia.

Pero ya no era ni ingenua como en su infancia ni rebelde como en su adolescencia, era más bien fría y esquiva en ese campo. Prefería no recordar cosas, pues era una pérdida de tiempo, después de todo el pasado no se puede cambiar. Enseguida se puso de pie, tomó el paquete, lo abrió y se dispuso a instalar 1GB más de memoria para su computador.

Mientras tanto, Ángel tomaba el transporte de regreso. Había olvidado el resentimiento hacia su amigo Tom por haberle pedido ese “favor”, ahora lo que sentía era una mezcla de gratitud y alegría. No podía olvidar esos ojos, ahora con un dejo de misterio y tristeza, esos ojos cálidos y dulces en los que tantas veces se vio reflejado y le transmitieron seguridad.

Justo en ese momento se sentía como un completo idiota. De haberle dicho quién era, pudieron pasar horas conversando, recordando, actualizándose de sus respectivas vidas.

Después de todo, ella era uno de sus mejores recuerdos de la infancia.

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viernes, 13 de agosto de 2010

Love Letter -Cap. 2

Capítulo 2 ~




Como de costumbre, el transporte no estaba ni vacío ni limpio. Él suspiró. Sabía que era muy poco probable que eso sucediera alguna vez, pero siempre albergaba una pequeña esperanza. Se colocó sus audífonos y encendió su reproductor de música, dispuesto a sobrevivir a otro día de transporte.


Ella tuvo un poco más de suerte, su calle era una de las primeras paradas del transporte y podía sentarse la mayoría de las veces, leer algún libro interesante y repasar los temas para sus clases. La verdad, era una chica bastante organizada y aplicada, una “nerd” a los ojos de sus compañeros, de esas que preferían quedarse en casa estudiando, o perdiendo el tiempo en el computador antes que ir a una fiesta. A ella no le importaba demasiado eso, pero dentro de sí misma había una molesta vocecilla que le exigía cambiar esa imagen, y poco a poco la convenció, así que si se daba la oportunidad de ir a una fiesta con amigos aquella noche, iría.


El día transcurrió sin mayor novedad, tan igual como los anteriores, para ambos. Hacia el final de la jornada de estudios, él tuvo que cumplir con un recado de su empleo de medio tiempo en una tienda de computadoras: llevarle un paquete a una amiga de su supervisor, Tom, quien era tan solo unos años mayor que él, y más que su supervisor, era uno de sus mejores amigos. Realmente era más un favor que una obligación, pero aún así, deseaba no tener que hacer esas cosas por compromiso sino por voluntad propia.

Leyó la dirección y tomó el transporte público, pensando en que debería cobrarle a Tom el dinero que gastaba en transporte por esos “favores”. Se anunció la parada que le importaba y luego de pagar, se bajó. Caminó hasta un edificio de pocos pisos a media cuadra, subió los pocos escalones que había hasta la puerta, nuevamente leyó la dirección y marcó el número de apartamento que decía en el papel. Nadie contestó.

Maldijo por lo bajo mientras se daba la vuelta para volver, y se dio cuenta que una chica iba subiendo los escalones hacia la puerta. No tenía una vestimenta llamativa, ni los libros que cargaba eran exóticos, ni hizo nada en especial que requiriese atención, pero tenía algo que lo hizo distraerse y observarla fijamente mientras buscaba sus llaves. Observarla por más tiempo del que se considera educado.


– ¿Te puedo ayudar en algo? –dijo ella de repente, y su voz, ni tan grave, ni tan aguda, hizo que él se sobresaltara.

–Eh… sí, lo siento. ¿Cuál es tu apartamento? –dijo él con torpeza. Ella lo miró arqueando una ceja.

–Dame una razón por la cual deba contestarte o apártate para que pueda ir a mi casa, tienes 10 segundos –dijo fríamente. Él parpadeó. Jamás lo habían tratado así, menos una chica que acababa de conocer.

–Pues bien, no tienes que agredirme, vaya… ¡Cómo si yo tuviese la culpa de tus problemas! Vengo a entregar un paquete y me preguntaba si tú vives en el apartamento 48, porque acabo de tocar y nadie contestó…

–Identificación por favor –lo interrumpió ella. A él no le agradó su actitud, pero decidió reírse del asunto.

– ¿Eres agente de policía o algo así? Rayos, vengo de la tienda de computación de Tom, ¿vives o no en el apartamento 48? –dijo tratando de no perder los estribos, después de todo, acababa de conocerla y él era muy respetuoso

–Sí, Tom es un buen amigo mío… Lo siento, por este lugar se ven personas bastante extrañas y molestas de vez en cuando. Mi nombre es Ashley, gracias por traer mi paquete… eh… –dijo mirándole la cara. Sus ojos eran muy profundos, de un color marrón oscuro casi negro poco común. Apartó la mirada de ellos. Había algo extraño con esa chica.

–Ángel, me llamo Ángel –dijo rápidamente –aquí tienes tu paquete… Ashley, nos vemos.

–Gracias, Ángel, adiós –dijo ella, y abrió la puerta para entrar. Escuchó los pasos del muchacho bajando las escaleras, y finalmente soltó un gran y largo suspiro de alivio.

Al parecer todo estaba en orden aún, él no parecía recordar nada.

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Love Letter -Cap.1

Capítulo 1 ~




Era temprano, en una de las tantas mañanas frías de aquella ciudad. Esperaban pacientemente, cada uno en un punto distinto, en una calle diferente, con un destino que no coincidía, el transporte público, aquel que, mal que bien, los llevaría a sus respectivos planteles de estudio.

Ella distraídamente se arreglaba el cabello, mientras repasaba mentalmente las cosas que debía llevar con ella en ese momento: llaves, teléfono, cartera, los tres elementos básicos para abandonar la residencia, al menos por un largo período del día. Estaba consciente de que era un poco torpe, así que procuraba repetirlo varias veces, como un mantra, mientras tocaba los lugares donde deberían encontrarse esos objetos: sus bolsillos o su bolso, dando ligeros sobresaltos cuando alguno de ellos faltaba, o simplemente cuando, por no tocar con cuidado, no los sentía.

En otro lugar, al mismo tiempo, él bebía un sorbo de café servido en un vaso desechable, de un paquete que había comprado hacía poco, puesto que estando en el supermercado comprando algunos alimentos básicos, sabiendo de sus ataques de pereza mañanera, y para poder salir a tiempo, decidió que sería buena idea tenerlos en su residencia. Años atrás se había vuelto adicto a la bebida y ya no podía salir sin haberla tomado. Se pasaba la mano libre por los ojos somnolientos mientras bostezaba, y con pose relajada observaba a lo lejos tratando de divisar un transporte imaginario, vacío y limpio: el sueño de todo joven cansado de levantarse temprano para ir al instituto, a su criterio. Notó que la cremallera de su chaqueta estaba rota y deseó por un momento volver a vivir con su madre, ella era mucho mejor en eso de la costura, después de todo él ya había dañado muchas otras cremalleras y botones.

La llegada del transporte los sacó de sus respectivas actividades y conversaciones internas, con la premisa de otro día de estudios, igual que el anterior, charla con los compañeros, trabajos para el día o la semana siguiente y, si tenían suerte, salida con los amigos en la noche, después de todo, era viernes.

Ellos no lo sabían aún, pero eran almas gemelas.

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Bienvenid@

Pues hola.! Bienvenidos a mi blog, que nace desde mi pasión por la literatura, para compartir un poco de Mi Mundo con el exterior a través de mis historias.. Es la primera vez que hago un blog xD
Me presentaré un poco.. (Soy realmente mala en esto..)
Hola, mi nombre es Carmen, pero sabrán de mi en este blog como Carlin Shadow. Me apasiona la literatura, el arte y la música. Mis historias servirán para que conozcan un poco de mí, ya que no pasan por un solo tema (historia de amor, amistad, viajes, autoayuda..) sino que tocan varios puntos que me llaman la atención o me inspiran.
Bien, suficiente, ya dije que soy muy mala en esto..

Disfruten y no olviden dejar sus comentarios y sugerencias (;